18-08-2013
Hace unas semanas, el rector de la UAEM mencionó que no hay corrupción en máxima casa de estudios del Estado de México. Lo que invita a reflexionar sobre el tema para que cada uno pueda coincidir o no con lo declarado por el Dr. Olvera, y posiblemente pensar en compartir con otras instituciones nuestros mecanismos anticorrupción.
El 19 de julio de 2013 declaró: «En la Universidad Autónoma del Estado de México, nunca ha habido corrupción, porque se somete de forma permanente a auditorías locales, federales y privadas, además, se maneja de manera transparente y tiene el primer lugar en credibilidad moral, destacó el rector Jorge Olvera García, al referirse a la Comisión Estatal Anticorrupción que será creada por el gobierno estatal.
Enfatizó que las auditorías permanentes permiten estar a disposición de cualquier auditoría, ya que la UAEM fue de las primeras universidades que se sometieron desde 2004 a la transparencia y rendición de cuentas» (sic).
Pero ¿qué es corrupción?
Según Transparencia Internacional es “el uso del poder confiado para obtener beneficios privados indebidos. Veamos cada elemento que lo conforma antes de pasar a ilustrarlo con un ejemplo.(sic)
1. Hablamos de uso de poder porque se trata de la acción desarrollada por una persona con capacidad de movilizar determinados recursos. En un acto de corrupción pueden coincidir acciones de varias personas.
2. Hablamos de poder confiado o delegado pues tanto el cargo como la capacidad de movilización de recursos asociado a éste, se sostienen en el vínculo formal de confianza entre la persona que comete la acción corrupta y aquella(s) persona(s) a quien(es) le debe su responsabilidad. Nuevamente, puede tratarse de varios individuos involucrados en ambos lados de la relación de responsabilidad.
3. Hablamos de beneficios privados porque los resultados de la acción corrupta son apropiados de manera privada, por una o varias personas, quienes serían los beneficiarios del acto de corrupción.
4. Hablamos de beneficios indebidos porque se generan a través del uso desviado de las atribuciones confiadas.
Por lo tanto, hablamos de corrupción cuando una persona actúa sin orientarse por la confianza que se ha depositado en su desempeño, a través de la posición o cargo determinado, y consigue beneficios para ella o para terceros que, de otra manera, no se habrían generado. (sic).
Un breve ejemplo de corrupción administrativa, que es el más general de los tipos de corrupción:
Pascual Quispe, presidente de la APAFA de la escuela primaria de una comunidad cercana a la capital de la provincia, le comunicó al director de la Institución Educativa la urgencia de adquirir carpetas para los alumnos de 5to y 6to, y tizas para todo el colegio. Éste le indicó que los otros dos profesores ya le habían hecho notar la escasez de tizas y habían realizado una solicitud a la UGEL tan solo días atrás. Habían incluido un pedido de carpetas también, pues habían notado el mal estado de las pocas que quedaban en pie. Meses más tarde, las carpetas llegaron, pero sólo la mitad del número que se había solicitado. Por su parte, las tizas nunca aparecieron y, en su lugar, recibieron unas cuantas cajas de lápices de colores. Cuando Pascual se acercó donde el director para cuestionarle sobre lo que había sucedido, éste le comunicó que aquello era lo normal, que siempre que se pedía una cantidad se recibía menos. “Problemas de presupuesto”, le dijo. Quispe había oído toda su vida esa explicación, pero esta vez decidió preguntarle a su primo, quien había sido destacado hacía no mucho a la UGEL, si sabía algo. “¡Pero Pascual, eso siempre es así! Mira, aquí el jefe de abastecimiento de la UGEL, el señor Gálvez, arregló con el dueño de una ebanistería, que es compadre de su hermano, para sacar una orden para hacer veinte carpetas al precio de cuarenta, y de la diferencia, Gálvez y el director de tu colegio, sacaron su tajada”, le respondió el primo en un tono bastante relajado. “¿Y las tizas?”, preguntó Pascual. “Lo mismo pues. Llenan el recibo como si fuesen tizas pero, finalmente, entregan lo que quieren y se guardan sus soles para su cerveza.” (sic).
Ahora bien, regresando a la UAEM, habría que preguntarnos y hacer un ejercicio memorístico para recordar si conocemos hechos similares al ejemplo anterior o posiblemente otros, como usar los recursos de la institución para favorecer a personas o grupos que son «parte del equipo» de directores o algún otro puesto que tenga poder de autorización y uso de los recursos públicos. Quizá la contratación de compadres, familiares, o incluso las decisiones de los órganos de gobierno en contra de la misma legislación, varios profesores que dan clase sin haber sido evaluados, etc. Algunos de estos aspectos ya han sido revelados por Prensa Universitaria UAEM teniendo como pruebas plenas documentación oficial obtenida en los órganos de transparencia del Estado de México.
Una de las varias preguntas que surgen sería ¿cómo es posible que los fuertes órganos fiscalizadores «permanentes» no hayan encontrado lo que Prensa Universitaria sí?
A todos nuestros lectores, les invitamos a fortalecer y utilizar los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. Sólo así podremos saber cuánto se gasta, cómo se gasta y quiénes lo gastan. Y saber también si hay corrupción o no en la UAEM.