10 de julio de 2016
Por: Augusto Lo. Ve.
Recientemente se ha documentado (con información publicada en la página de Facebook “!Que Poca Madre en la UAEM”, y que ha sido compartida actualmente con Prensa Universitaria UAEM) que en el lapso de un año la Universidad Autónoma del Estado de México ha evitado entregar prácticamente 850 millones de pesos al Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios. Cantidad relacionada con las cuotas y aportaciones que tiene la obligación de entregar al ISSEMYM, según lo señalado por la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios en sus artículos 32, 33 y 34.
Para tener una idea de a que equivaldría toda esa monstruosidad de dinero, ponemos los siguientes ejemplos solo con fines ilustrativos:
30,357 equipos de teléfono iPhone 6S 64GB Oro, con valor de $28,000.00 MXN c.u.
370 autos deportivos nuevos Ferrari 360 con valor de $2,300,000.00 MXN c.u.
106,250 Smart Tv 43″ LED Ultra HD 4K, Wi-Fi, con un costo por unidad de $8,000.00 MXN
85,000 becas para universitarios por un monto de $10,000.00 MXN
Ahora bien, vemos que si la UAEM ya retuvo, a través de deducciones que constan en los talones de pago de sus trabajadores, toda o una parte de esa millonada, no hay una razón para que la actual administración de la UAEM se quede con ese dinero, porque en principio tendría que responder ¿quién le dio poder legal para “guardar” lo que no le pertenece? y aún más cuando el artículo 35 de la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios señala que “Las instituciones públicas deberán enterar al Instituto el importe de las cuotas retenidas quincenalmente a los servidores públicos, así como el de las aportaciones que les correspondan, DENTRO DE LOS CINCO DÍAS SIGUIENTES AL DE LA FECHA EN QUE EFECTÚEN LA RETENCIÓN. En el mismo plazo, deberán enterar el importe de los descuentos que por créditos u otros conceptos que ordene el propio Instituto, en cumplimiento de lo dispuesto por esta ley.” Concluimos entonces que si la UAEM solo tiene cinco días para entregar ese dinero, ningún pretexto puede ser tomado como válido para evadir el cumplimiento de tan delicada obligación y no transferir la millonaria cantidad en los tiempos y términos estipulados por una Ley.
Por otra parte está el asunto en el que los trabajadores creían que la UAEM estaba pagando puntualmente sus cuotas y aportaciones al ISSEMYM, creencia que ha sido reemplazada por evidencias con calidad de prueba plena que dejan claro que no es así. Eso sí, la UAEM se las ha estado descontando a ellos, ahí sí con estricta puntualidad. Por lo que a título personal creo que queda al descubierto un engaño por parte de la UAEM a través de algunos funcionarios, ya que en ningún momento informó a sus empleados que sus aportaciones de salud no están siendo reportadas al ISSEMYM como se lo ordena la ley anteriormente señalada. Ni tampoco brindó detalles sobre la ruta y lugar actual de ese dinero.
Surgen varias dudas razonables, la primera es ¿éste caso podría tipificarse como fraude colectivo? Creo que el cuestionamiento es válido ya que según el Código Penal del Estado de México en su artículo 305 establece que: “COMETE EL DELITO DE FRAUDE EL QUE ENGAÑANDO A OTRO… SE HAGA ILICITAMENTE DE UNA COSA O ALCANCE UN LUCRO INDEBIDO PARA SI O PARA OTRO” y más adelante en el artículo 306 fracción XVI, deja claro que igualmente comete el delito de fraude: ”EL QUE POR CUALQUIER RAZON TUVIERE A SU CARGO LA ADMINISTRACION O EL CUID(ADO DE BIENES AJENOS Y PERJUDIQUE AL TITULAR DE ESTOS, ALTERANDO LAS CUENTAS O CONDICIONES DE LOS CONTRATOS, SIMULANDO OPERACIONES O GASTOS O EXAGERANDO LOS QUE HUBIERE HECHO, OCULTANDO O RETENIENDO VALORES O EMPLEANDOLOS INDEBIDAMENTE”
En ninguna parte de la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios se permite que haya excepciones para que las instituciones públicas eviten o suspendan el enterar al Instituto el importe de las cuotas retenidas quincenalmente a los servidores públicos, así como el de las aportaciones que les correspondan. Tampoco se encuentra artículo alguno que faculte legalmente a la UAEM para quedarse por tiempo indefinido ningún centavo de las cuotas ahí señaladas como obligatorias de cubrir al Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios. De tal suerte que cualquier trámite o justificación presentada por la UAEM es casi seguro que esté fuera de la ley.
Por si fuera poco podemos encontrar que también se vería afectado el patrimonio del ISSEMYM, ya que según la misma ley establece en su artículo 22, fracción II, que el patrimonio del Instituto se constituye por las aportaciones de las instituciones públicas y las cuotas de los servidores públicos devengadas, y en el párrafo segundo del artículo 10 deja claro que “Las Instituciones públicas serán responsables de los daños y perjuicios que se causen al Instituto o a los derechohabientes, por el incumplimiento a las obligaciones que les impone a éstas la presente ley.”
También desde el punto de vista ético, creo que Jorge Olvera García en su calidad de rector de la Máxima Casa de estudios del Estado de México, está obligado a presentar formalmente las denuncias que correspondan, no contra quien resulte responsable, sino contra quien o quienes pueden ser muy fáciles de identificar por él, que tienen nombre y apellido en este caso, y aún más obligado a demandar si tomamos en cuenta todas las denuncias de hechos que el Dr. Olvera ha interpuesto en asuntos de igual o menor tamaño, incluso cabe mencionar aquellas por daño moral que interpuso derivado de comentarios en redes sociales que no le fueron de su agrado.
Pero además del rector, según la Ley de Seguridad Social para los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios los propios trabajadores de la UAEM estarían facultados para demandar a la universidad, ya que en el párrafo tercero del artículo 10 señala que “Los servidores públicos tendrán derecho a exigir a las Instituciones públicas el estricto cumplimiento de lo dispuesto en este artículo.” Y es que de hecho los servidores públicos somos los principalmente afectados. Porque si el ISSEMYM puede dar servicio sin que se le pague entonces se podría solicitar que la UAEM no descuente nada a sus trabajadores.
Ahora bien, el ISSEMYM debió tomar acciones legales desde el primer mes de retraso ya que el artículo 13 de la ley aplicable en la materia obliga al Instituto de Seguridad Social del Estado de México a ejercer las acciones que le correspondan, presentar denuncias o querellas y realizar los actos y gestiones que convengan a sus intereses en contra de quien indebidamente aproveche o haga uso de los derechos o beneficios establecidos por esta ley y de quien realice actos tendientes a causar daños y perjuicios a su patrimonio. Por lo tanto presumimos que de no haber ninguna acción documentada por ésta otra parte afectada también puede haber responsabilidad administrativa para el personal del ISSEMYM que no procedió conforme a lo puntualmente señalado.
Otro punto a destacar es que si esos prácticamente 850 millones, más los que se sigan acumulando, ya fueron descontados de cada uno de los pagos quincenales a los trabajadores de la orgullosamente Verde y Oro, no habría ninguna razón para que la UAEM negocie prorrogas, pagos en parcialidades al ISSEMYM o incluso pida condonaciones. De ser así deberíamos preguntar ¿Por qué se solicitarían descuentos o prorrogas de pago de un dinero que la UAEM ya tiene? ¿En que cuentas estarán los millones que harían falta a la UAEM para pagar el monto total en una sola exhibición?
Si ese dinero no está debajo del colchón de algún funcionario y está en una o varias cuentas bancarias es evidente que puede estar generando intereses, tal como señalo acertadamente el Dr. Fermín Carreño Meléndez mientras sosteníamos una charla sobre el tema. De ahí nacen otras dudas ¿Cómo les regresaría esos intereses la UAEM a sus trabajadores, ya que tienen su origen en las deducciones realizadas a ellos vía nómina cada quincena? En caso de que se les “olvidara” regresarlo ¿En que cuenta estarían esos nada despreciables intereses?
Seguramente este asunto ya atrajo la atención de Eruviel Ávila Villegas, por lo que estamos en días de saber si como gobernador y suspirante a la presidencia de la república, decide solapar bajo el pretexto de la autonomía universitaria los hechos que lesionan derechos y deducciones monetarias intocables de miles de trabajadores universitarios, así como el patrimonio del ISSEMYM.
Como vemos, este millonario secreto, celosamente guardado, hasta hace unos días, tiene tantas aristas que parece que ha dejado mudo al propio titular de la UAEM quien hasta el momento y a pesar de tener conocimiento de la situación, no ha comentado nada públicamente sobre el tema. Esperamos que por lo menos ya haya instruido el pago inmediato de lo que tiene pendiente por saldar al ISSEMYM, y es que por encima de cualquier “justificación” lo que urge es reintegrar a las arcas señaladas por la ley los casi 850 millones de pesos que hasta el 31 de mayo de este año de alguna manera están desviados y atorados en algún lugar de su camino.
Para quienes aún no han tenido oportunidad de revisar los documentos oficiales emitidos por el ISSEMYM como respuesta a la solicitud 0134/ISSEMYM/IP/2016, y que prueban que desde el 1 de junio del 2015 hasta 31 de mayo del 2016 la Universidad Autónoma del Estado de México no ha pagado al ISSEMYM las cuotas y aportaciones de sus trabajadores, aquí se los compartimos con mucho gusto y agradecemos a “¡Que Poca Madre UAEM” por haberlos compartido.
También creo que si tu colaboración es importante para que ayudar a ejercer el derecho a la información que tienen quienes aún no están enterados.
Gracias por apoyar con tu lectura y difusión de éste artículo la libertad de prensa sobre asuntos críticos de Instituciones públicas.