En pleno centenario de nuestra Constitución, el país se enfrenta a tantas adversidades, cada vez más insoportables por la sociedad en general. Nuestra universidad, no está fuera de ese contexto.
El sentir de los universitarios se expresa frecuentemente señalando, que tal parece, se van dejando de lado los valores más nobles que eran el orgullo de la sociedad. Se percibe la opacidad en el manejo de los recursos, se privilegia lo superficial sobre el desarrollo y generación de la ciencia; la simulación y la inseguridad laboral de los docentes, en contraparte se fomentan privilegios, lujos, negocios, amiguismo y nepotismo promovido por grupos de interés ajenos a nuestra amada institución pero tolerados y reproducidos por aquellos encargados de cuidar el patrimonio universitario. La misma Auditoría Superior de la Federación ha hecho un sinfín de observaciones al respecto.
Es un sentir general que el presupuesto está mal distribuido, se privilegian los gastos suntuarios y las funciones sustantivas sobre las adjetivas; tiene más importancia un equipo de fútbol que desarrollar proyectos de investigación científica y de generación de conocimiento. Los adeudos que se tienen por todos lados parecen indicar que la universidad se encuentra sumida en la más grave crisis financiera de su historia. Destacan por su gravedad los adeudos al ISSEMYM, SAT, seguros de gastos médicos, funerarios y de automóviles y la desaparición del FONDICT por citar a algunos.
La burocracia busca que sea la uniformidad y no la universalidad de pensamiento la que predomine en los recintos universitarios; que toda la comunidad piense y actúe como lo dicta la élite en el poder. Toda opinión e idea diferente a dicha élite, se considera que va en contra de la UAEM. Con ello han logrado que sus intereses de grupo prevalezcan sobre los de la misma universidad. En los últimos 15 años han cambiado cuatro veces de rector, pero se ha mantenido incólume la estructura burocrática de funcionamiento y operación.
Pensar diferente no es atentar contra la universidad. Pensar diferente es defender los principios y valores universitarios que se contraponen a esos intereses particulares que tanto daño han hecho a nuestra querida universidad. Invitamos a pensar diferente porque queremos una Universidad pública incluyente, laica y democrática, legitimada y prestigiada socialmente por la calidad y pertinencia de la formación humanista y científica que proporciona a sus estudiantes, formación cuyo horizonte y criterio último es la dignidad humana. Invitamos a pensar diferente porque la complejidad del mundo actual demanda un pensamiento de alta calidad que exige a la docencia universitaria enfocar la enseñanza y el aprendizaje en el desarrollo del pensamiento crítico. Por ello, llamamos a los universitarios a integrar un proyecto acorde con los requerimientos del siglo XXl; una propuesta de programa de los universitarios para la universidad; teniendo como eje central el rescate ético, científico y académico de la UAEM. Consideramos que el cambio sólo será posible si es configurado en la Unidad Universitaria, sumando voluntades y esfuerzos de la comunidad académica, estudiantil y de trabajadores.
Consideramos que los universitarios debemos renovar nuestro compromiso con los valores universales que dan sentido y sustento al avance de la ciencia, las humanidades y las artes, contribuyendo con las mejores causas del estado y del país, serán estos los ejes que guíen nuestra actuación.
¡¡¡¡ Unidad Universitaria para transformar!!!
¡¡¡¡ Cambiar para avanzar!!!!!