Una mañana cotidiana en Japón. Un grupo de estudiantes de secundaria salen de sus aulas para dirigirse a los baños. Al llegar, los estudiantes saludan a los demás con una reverencia y se dirigen a sus respectivos baños. Las sorpresa es que los estudiantes no van a usar los baños, sino a lavarlos.
En Japón, los estudiantes se encargan de limpiar los baños de la escuela. Esta costumbre se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón se vio obligado a implementar medidas de austeridad para ahorrar recursos. Esta práctica también se relaciona con los valores tradicionales de la cultura japonesa, como el respeto, la responsabilidad y la cooperación.
En muchas escuelas japonesas, los estudiantes se dividen en grupos de limpieza para limpiar los baños. Los estudiantes se encargan de todo, desde el vaciado de desagües hasta la limpieza de los inodoros con cepillos. Los estudiantes también recogen la basura, limpian los espejos y las paredes, y abren las ventanas para ventilar los baños.
Esta práctica también se aplica en otros lugares públicos, como estaciones de tren, parques y bibliotecas. Los estudiantes también se encargan de la limpieza de los parques, recogiendo la basura y cortando la hierba. Algunos incluso ayudan a los ancianos y discapacitados a cruzar las carreteras.
Los beneficios de esta práctica son numerosos. Los estudiantes desarrollan un sentido de responsabilidad y de respeto por el medio ambiente. Esto les ayuda a ser personas más conscientes y respetuosas con el medio ambiente. Además, la limpieza colectiva fomenta la cooperación y el trabajo en equipo.
En conclusión, la limpieza de baños es una práctica común en Japón. Esta práctica se remonta a la Segunda Guerra Mundial y está relacionada con los valores tradicionales de la cultura japonesa. Los estudiantes también se encargan de la limpieza de parques y otras áreas públicas. Esta práctica promueve la responsabilidad y la cooperación entre los estudiantes.