Por: Augusto López V.
Foto de portada: Sara Stephanie Carrillo Arellano
Porque la acumulación de irregularidades en los manejos financieros, procesos democráticos, laborales y un descarado sesgo partidista, protagonizado por las máximas autoridades de la UAEM, han llevado a la institución a que sea más conocida por sus vínculos con la corrupción, que por un irrestricto apego ético a sus deberes esenciales.
Porque los contralores internos, recomendados por los rectores, han sido omisos, por negligencia o por instrucción, presentando siempre finanzas saludables y razonablemente correctas. Incapaces de detectar presuntos desvíos de recursos, como los de la Estafa Maestra o las deudas y simulaciones de pagos al ISSEMyM. Ya ha quedado evidenciado el pésimo desempeño tanto del órgano de control universitario, el externo y el del propio Estado de México. Al mismo tiempo que los resultados de estos órganos de control pierden un alto porcentaje de certeza y credibilidad, también abren la oportunidad de analizar la permanencia en el cargo de sus titulares, así como las responsabilidades administrativas o penales de las que pudieran ser sujetos.
Porque ya no se puede postergar más, que la comunidad universitaria y la opinión pública sepamos con todo detalle la ruta del dinero que le ha sido retenido puntualmente a los trabajadores, y que por no llegar en tiempo y forma al ISSEMyM, ha generado por lo menos dos deudas millonarias. Una auditoría “no amiga” si podrá responder a la pregunta ¿Qué hizo la UAEM con casi 3 mil millones de pesos?, ya que los rectores en lugar de aclarar de manera oportuna optaron por manifestar que lo importante era que el ISSEMyM continuaba dando consultas médicas, pero en su afán de encubrir la deuda evitaron mencionar que la ausencia de pagos sí ha tenido un impacto negativo en el servicio de salud, que se hace visible por ejemplo, en la carencia de medicamentos, mayor tiempo de espera para ser atendidos por un especialista o para ser intervenidos quirúrgicamente, como los pacientes que llevan más de dos años en lista de espera de un trasplante de córnea, porque el ISSEMYM suspendió de manera indefinida la firma de convenios con el Banco de Órganos y Tejidos del Estado de México.
Porque ya no se puede confiar en un contralor y un rector que han salido a defender contrataciones y permisos flagrantemente contrarios a la legislación universitaria, como en los casos de Luz María Zarza o Cesar Camacho. Con una auditoría en los rubros aquí mencionados se sabrá en cuántos de los concursos de oposición y asignación de definitividades, hay casos similares a los anteriormente mencionados, y que dicho sea de paso han afectado la oportunidad de que académicos con trayectorias de 10, 20 o más años, consigan la tan esperada estabilidad laboral. También se podrán conocer los permisos sin goce de sueldo que estén fuera de normatividad universitaria, por ejemplo, los académicos que teniendo plazas de Profesores de Tiempo Completo estén o hayan laborado fuera de la UAEM por más de un año, lo que genera bloqueo de plazas que pueden ser ocupadas por quienes si estén disponibles de tiempo completo para la Universidad.
Porque se advierte un constante sobre costo en los contratos de asignación de obra, por ejemplo, canchas de futbol rápido con un precio cercano a los ocho millones de pesos o módulos de sanitarios con un valor inicial de 1.5 millones de pesos.
Porque no es congruente que una universidad al borde del colapso financiero continúe otorgando privilegios a priistas VIP o continúe fabricando rectores y secretarios aparentemente millonarios.
Porque a pesar de aportar suficiente evidencia el OSFEM mencionó que sólo puede realizar auditorías especiales si son solicitadas por la actual legislatura; entonces, aquí estamos, para exhortarlos respetuosamente a sumar voluntades y acciones para caminar juntos rumbo a un verdadero combate a la corrupción dentro de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Último convenio firmado entre el Banco de Órganos y Tejidos del Estado de México y el ISSEMyM
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