La investigación de PrensaUniversitaria.press sobre los ascensos salariales irregulares en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) continúa revelando mecanismos de ascensos académicos que muestran cómo se han vulnerado tanto la normatividad universitaria como la legislación laboral mexicana. En esta ocasión se presentan dos casos que confirman la existencia de prácticas sistemáticas de simulación: los de Raului Vargas Torres y Sergio Ruiz Peña.
Ambos casos son distintos en la forma, pero coinciden en el fondo, pues visibilizan como la universidad ha permitido el acceso a salarios de profesor de tiempo completo sin que existan los procesos formales de concurso de oposición o juicios de promoción.
Raului Vargas Torres y los contratos temporales irregulares que se vuelven definitivos.
El expediente de Raului Vargas Torres (ex director del Comecyt), adscrito a la Secretaría Técnica y a la Oficina de la Rectoría, Director de Relaciones Interinstitucionales y jefe de asesores, en administraciones anteriores, incluye una serie de contratos individuales de trabajo por tiempo determinado para profesores temporales interinos con funciones docentes que se extienden por varios años consecutivos. Aunque cada contrato señala ser por “tiempo determinado”, la continuidad laboral y la permanencia en funciones docentes (en este caso no hubo constancia de que las hubiera) deberían, conforme al artículo 39 de la Ley Federal del Trabajo, convertir la relación en tiempo indeterminado.
En otras palabras, la UAEMéx utilizó los contratos temporales irregulares, como una fachada legal, manteniendo al administrativo Vargas Torres en un esquema precario en apariencia, pero otorgándole en la práctica un salario de Profesor de Tiempo Completo “B”. En las firmas por lugar de pago personalizado de la primera quincena de abril de 2020 aparecía su salario base como «PROFESOR» con un pago de $9,159.58 (nueve mil ciento cincuenta y nueve pesos 58/100 mxn), correspondiente al salario de un profesor de tiempo completo categoría «B». el mismo salario se pudo acreditar con un contrato individual de trabajo por tiempo determinado para profesores temporales con funciones docentes de fecha 1 de junio de 2023.
Bajo este mecanismo permitió evadir los concursos de oposición previstos en el Reglamento del Personal Académico, normalizando una práctica que vulnera derechos laborales y bloquea la competencia académica legítima.
El doble Tiempo Completo de Sergio Ruiz Peña
Después de insistir con varias solicitudes de acceso a la información, en 2024 la UAEMéx finalmente aportó evidencia que señala que en 2016, el catedrático y constantemente Consejero cercano a varios ex rectores, Sergio Ruiz Peña participó en un concurso de oposición para obtener la categoría de Profesor de Tiempo Completo “E” (PTC “E”).
Según la normatividad universitaria, ese debió ser su salario y categoría hasta que existiera un nuevo concurso de oposición o un juicio de promoción debidamente documentado. Pero en la realidad su segunda mejora salarial de tiempo completo se logró mediante un atajo fuera de la norma, ya que la documentación oficial aportada por la Universidad deja claro que no hay registros de que haya participado en juicios de promoción en los periodos solicitados. A pesar de ello, en los listados de nómina de 2022 se hace constar que recibía un salario base quincenal de $17,611.12 (diecisiete mil seiscientos once pesos con doce centavos), correspondiente al salario de Profesor de Tiempo Completo “F”.
Ese nivel salarial también quedó registrado el 1 de agosto de 2023, con un contrato individual de trabajo como «temporal interino» con salario de tiempo completo “F”. De tal manera que su relación laboral también se convierte en tipo indeterminado. Es por ello que a este tipo de académicos se les da prioridad en los concursos de oposición o juicios de promoción.
En cuanto a sus cargas horarias, los reportes de 2020–2024 evidencian, como en otros casos, cargas docentes reducidas (ej. materias con 4–10 horas semanales).
El expediente de Sergio Ruiz Peña se suma al patrón de simulación. Este esquema permite percibir ingresos por encima de la norma. De esta manera, se utiliza la doble asignación de las categorías docentes para inflar salarios, en clara contravención del principio de legalidad administrativa. Lo que debería llamar la atención del Órgano Interno de Control en la UAEMéx.
Dos rostros de un mismo problema
Ambos casos coinciden en mostrar cómo la UAEMéx ha desarrollado un sistema paralelo de ascensos salariales, casos mediante contratos temporales fuera de la norma que ocultan relaciones laborales permanentes. Al final el resultado es el mismo, se otorgan beneficios salariales sin procesos de evaluación transparentes, sin concursos, sin juicios de promoción y sin justificación documental completa.
Los expedientes de Raului Vargas Torres y Sergio Ruiz Peña son dos piezas más en el rompecabezas que confirma que los ascensos salariales en la UAEMéx han estado marcados por la discrecionalidad, la simulación y el atropello a los derechos humanos y laborales de su comunidad docente.
Mientras la mayoría de los profesores enfrentan limitaciones económicas y falta de oportunidades de promoción, un grupo reducido accede a salarios privilegiados mediante vías irregulares. Esta práctica no solo genera inequidad y agravia derechos laborales, sino que también afecta directamente a la calidad educativa que reciben los estudiantes, al desviar recursos que deberían destinarse a la docencia y la investigación reales.
La universidad está obligada a rendir cuentas, no solo ante la comunidad universitaria, sino ante la sociedad mexiquense que financia con recursos públicos a la institución. Transparentar los procesos y erradicar estas prácticas sería un paso fundamental hacia la recuperación de la confianza, la construcción de una universidad más justa y democrática. Solo así se caminará rumbo a la transformación universitaria.
Esta entrega forma parte de la serie «La puerta trasera hacia los salarios de élite en la UAEMéx». En próximas publicaciones se presentarán más expedientes que confirman cómo este esquema se ha normalizado en la Universidad Autónoma del Estado de México.