Revista Proceso 2114, 7 de mayo de 2017-
JENARO VILLAMIL.
El martes 18 de abril Alfredo del Mazo Maza acudió al aula magna de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), donde fue presentado como “el próximo mandatario” de la entidad más poblada del país, lo que generó una airada reacción en redes sociales, especialmente en videos de YouTube y Facebook.
No le fue muy bien a Del Mazo en esa visita. Además de las críticas al sesgo partidista de su presentación, tuvo que ingresar por la puerta trasera al recinto ante las protestas de algunos jóvenes que le reclamaron su vínculo con el exgobernador veracruzano Javier Duarte, su parentesco con el presidente Enrique Peña Nieto (son primos), y su gestión al frente del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), de 2012 a 2014.
El rector de la tercera universidad más importante del país, Jorge Olvera García, salió al rescate del candidato priista. Condenó las protestas contra Del Mazo y ordenó correr a Enrique Cervera, presentador del encuentro, a quien culpó por haber anunciado al aspirante del PRI como el sucesor de Eruviel Ávila.
“Me permito comentar que el compañero conductor de estos eventos fue retirado inmediatamente de su cargo y nos dimos a la tarea de indagar las razones de su actuar, que, repito, fue a título inminentemente (sic) personal”, afirmó Olvera García en su cuenta personal en redes sociales.
Más allá de la pifia del conductor, lo cierto es que Olvera y Del Mazo han tenido una inmejorable relación desde que el aspirante priista fue director nacional de Banobras y le otorgó por adjudicación directa a la UAEM tres contratos por 239 millones, 209 millones y 43 millones de pesos para objetivos como “servicio de control, operación y soporte” informático, “servicios de administración de red LAN, red inalámbrica y telefonía IP” y para una “fábrica de software”, según consta en el análisis de la Auditoría Superior de la Federación de 2013.
Los tres contratos se realizaron a través del Fondo de Fomento y Desarrollo de la Investigación Científica (Fondict), un mecanismo creado en 1982 para generar ingresos adicionales para la UAEM, pero que bajo el rectorado de Olvera García y la dirección de Erick Herzain Torres Mulhia se ha convertido en una “caja negra” de irregularidades por subcontrataciones, sobreprecios, incumplimientos, pagos indebidos y quebrantos millonarios al erario federal y estatal.
La ASF detectó en 2013 sobrecostos y daño a la hacienda pública federal por 35.9 millones de pesos en uno de esos contratos, porque FONDICT-UAEM “pagó a un proveedor que subcontrató y presumiblemente se lo repercutió a Banobras” en los servicios administrados de la Red LAN, subcontratados con la empresa Evolution Software S.A. de C.V.
Otro probable daño o quebranto al erario fue por 8 millones 24 mil pesos en un segundo contrato con Banobras, ya que FONDICT-UAEM pagó a cuatro proveedores que subcontrató (Zetting Technologies, Intellego Servicios de Consultoría, Evolution Software y SGC Capital Humano Consultores) para trabajos de informática y diseño de cómputo que se le adjudicaron directamente a la UAEM.
El tercer probable daño o perjuicio fue por 9 millones 554 mil pesos, también por sobrecostos y subcontrataciones no aclaradas por FONDICT-UAEM, según la ASF.
En otras palabras, las tres asignaciones directas que Del Mazo otorgó a FONDICT-UAEM en un solo año sumaron, en la auditoría de 2013, un quebranto por 53.4 millones de pesos, el monto más alto del analizado por la ASF en los 14 contratos que firmó la universidad pública del Estado de México con dependencias como la SEP, el Registro Agrario Nacional (RAN), la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), dependiente de la Sagarpa.
Las irregularidades de Banobras
Un año después, en la auditoría de 2014, la ASF detectó que las tres adjudicaciones directas de Banobras al FONDICT-UAEM tienen una vigencia del 16 de agosto de 2013 al 20 de junio de 2017, justo tres semanas después de las elecciones para gobernador en el Estado de México.
Entre 2010 y 2014 Banobras invirtió más de mil 146 millones de pesos en sistemas de información e infraestructura tecnológica, y en la llamada “Auditoría de TIC” a una muestra de 685 millones de este monto total de gasto se concluyó que “en términos generales no cumplió con las disposiciones legales y normativas que son aplicables en la materia”, que estiman sólo una recuperación de 17 millones de pesos derivados de los contratos con FONDICT-UAEM, que representan apenas 2.6% de la muestra auditada.
La ASF criticó los tres contratos de Banorte con FONDICT-UAEM porque esta entidad “al no contar con la capacidad técnica, material y humana para la realización del objeto contrato DAGA /045/2013 (por 239 millones de pesos) subcontrató 89.4% de los servicios pactados” con el banco dirigido entonces por Del Mazo.
La ASF describe así la cadena de subcontrataciones de empresas con estados financieros y fiscales dudosos: “La empresa 1, a su vez, subcontrató con otras cinco empresas; la empresa 2 subcontrató con otra empresa, la cual no entregó el informe detallado del personal que fue asignado al desarrollo de los servicios, ni documentación comprobatoria de los servicios prestados, menos aún la dispersión de los pagos al personal, en consecuencia, se carecen de evidencias para acreditar que los servicios hayan sido prestados al FONDICT-UAEM y al Banobras en los términos del contrato”.
Esa red de empresas que subcontrató la UAEM son Intellego Servicios de Consultoría, Estructura Empresarial JPC, T-Line México, Comercialización de Software Extensión Limitada, Asesores de Informática SOFAC, Servicios para la Atención a Consultores Aporta, Quitze S.A. de C.V.
En la auditoría de 2014 a los fondos destinados a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), la ASF determinó que Banobras cometió “un probable daño o perjuicio o ambos” al presupuesto público por 139 millones 538 mil pesos “por los pagos injustificados correspondientes al servicio de la seguridad de las bases de datos de los meses de agosto y septiembre 2014, debido a que no funcionaban de acuerdo a los requisitos estipulados para los entregables en el contrato y anexo técnico”.
Entre estos 139.5 millones de pesos de quebranto estaban las tres adjudicaciones directas que Del Mazo le entregó al FONDICT-UAEM.
“Generosidad” de Del Mazo, también para HIGA
No sólo la UAEM se vio beneficiada por las adjudicaciones directas de Del Mazo y la falta de control en los contratos. Banobras le pagó 10.7 millones de pesos en transportación aérea ejecutiva a la empresa Eolo Plus, filial de Grupo HIGA, del empresario y compadre de Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa Cantú. Es el mismo grupo que estuvo involucrado en el escándalo de la Casa Blanca.
Otros 49 millones de pesos de Banobras se destinaron para servicios de hospedaje y viáticos, y 19.5 millones de dólares fueron para la renta de un avión Bombardier durante el periodo de Del Mazo como director del banco.
Preocupado por las tecnologías de la información y la comunicación, Del Mazo también destinó 6.2 millones de pesos en la compra de iPads, pantallas, camisetas de la Selección Mexicana de futbol y árboles de Navidad en los festejos de Banobras.
Paralelamente, Del Mazo adjudicó un contrato por 24.8 millones de pesos para monitorear oficinas centrales y diferentes edificios de Banobras al Cuerpo de Seguridad Auxiliar del Estado de México (Cusaem).
Este poderoso cuerpo policiaco se maneja como empresa privada a cargo de comandantes y políticos mexiquenses y ha vivido una etapa de auge durante el gobierno federal de Enrique Peña Nieto, ya que distintas dependencias han contratado sus servicios por más de 2 mil millones de pesos. Cusaem fue creada en 1948 por el entonces gobernador Alfredo del Mazo Vélez, abuelo del actual candidato priista.
UAEM, universidad como empresa pública
Las irregularidades detectadas entre los contratos de Banobras y la UAEM confirman un modus operandi de esta universidad pública con más de 80 mil alumnos, que se maneja a través del Fondict como empresa privada.
Desde 2014, la PGR investiga al director del Fondict, Erick Herzain Torres Mulhia, por otros convenios firmados con Conaculta para la creación de Cerebros Digitales. Conaculta le pagó 68 millones de pesos a FONDICT-UAEM para digitalizar 300 mil imágenes, pero incumplió.
La Biblioteca México le pagó 25 millones de pesos al mismo Fondict para digitalizar su acervo. La UAEM subcontrató a Impactel y sólo entregó 215 mil imágenes digitalizadas de más de 3 millones, pero recibió el pago completo.
Otro mecanismo de presunto desfalco de la UAEM es el caso del adeudo de casi 850 millones de pesos con el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM) que se dio a conocer en julio de 2016. A pesar de que la universidad descontaba las cuotas a sus trabajadores, estos recursos no fueron a dar al ISSEMYM.
La denuncia fue rechazada por el rector Jorge Olvera García y por Javier González Martínez, secretario de Administración de la UAEM, quienes señalaron que la ley del ISSEMYM fue modificada en 2012 en todo lo relacionado a los porcentajes de aportación que debería pagar y que esto provocó “retrasos” en los pagos de la universidad.
Por “arte de magia”, afirmó el portal informativo www.somoselmedio.org, la deuda de la UAEM con el ISSEMYM desapareció el 14 de julio de 2016. Antes de esa fecha, según los comprobantes de pago del instituto, la UAEM sólo había realizado dos pagos por 21.3 millones y otro por 20.3 millones de pesos de una deuda total de 849. 9 millones de pesos.
La investigación de este portal informativo, documentada con pagos del ISSEMYM reveló que los descuentos a los trabajadores sumaron 662.2 millones de pesos, pero en junio de 2016, la deuda total de la UAEM era de casi 850 millones de pesos.
Información tomada de: http://fredalvarez.blogspot.mx/2017/05/sospechoso-idilio-entre-el-candidato.html