A fin de darles a los animales la calidad de seres sintientes, la 60 Legislatura mexiquense aprobó por unanimidad el dictamen con el que se adicionan diversos párrafos al artículo 18 de la Constitución Política estatal, a propuesta del diputado José Couttolenc Buentello y la diputada María Luisa Mendoza Mondragón, coordinador e integrante del Grupo Parlamentario del PVEM.
Correspondió a la diputada María Luisa Mendoza presentar el dictamen, el cual establece que los animales son seres sintientes y, además de que se les reconoce como sujetos con vida, capaces de experimentar dolor físico y emociones similares a las de los seres humanos, apunta que el respeto hacia ellos incide en la convivencia social.
Emitido por las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales y de Protección Ambiental y Cambio Climático, el dictamen asienta que la protección de los animales constituye un eje vertebral del desarrollo social y humano de una comunidad que procura la sostenibilidad y la justicia ambiental, y para los gobiernos del país y del mundo un tema de gran relevancia debe ser el respeto y la protección a los animales.
Al enunciar la amplia normativa internacional que considera a los animales como seres sintientes y que propugna su bienestar y protección, señala también que varias entidades, entre ellas Michoacán, Baja California, Jalisco y la Ciudad de México cuentan con legislación en el mismo sentido, sin embargo, advierte que aun con estas normas, los animales son víctimas de malos tratos, por lo que es necesario vigorizar la legislación de protección y defensa de los animales en el país y en la entidad.
Con esta adecuación constitucional, puntualiza el decreto, se perfecciona la máxima norma jurídica local y se sientan las bases que servirán para la posterior adecuación de la legislación secundaria, pero, sobre todo, se favorece la perspectiva de una nueva cultura de un trato adecuado a los animales en el que se asegure su bienestar y cuidado como parte de una sociedad sana y trascendente.
De esta manera, afirma, la población concurrirá al respeto de los animales como seres sintientes y el Estado tendrá a su cargo la tarea de garantizar su bienestar. Sostiene además que en la entidad toda persona tendrá un deber ético y la obligación jurídica de respetar la vida y la integridad de los animales.
Los animales, precisa, son sujetos de consideración moral; su tutela es de responsabilidad común, y las autoridades del Estado de México garantizarán la protección, bienestar y el trato digno y respetuoso a los animales, y fomentarán una cultura de cuidado y tutela responsable, diseñando estrategias para la atención de animales en abandono.