A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Y A LA OPINIÓN PÚBLICA
Ante los acontecimientos suscitados en nuestra universidad, debo puntualizar:
- Que el diálogo es el único método viable adecuado y correcto para tratar las contradicciones dentro y fuera de la universidad. Por ello lamento profundamente el nivel de beligerancia alcanzado ante la necesidad insatisfecha de diálogo, solicitada ampliamente por las y los estudiantes en paro.
- En lo referente a las versiones de que estoy detrás de los colectivos estudiantiles en paro, ha sido más que evidente que ellas y ellos se han deslindado de mi persona y de la RUT en varios momentos. En el mismo sentido la red de la que soy parte y yo nos hemos deslindado, en más de una ocasión, de las asambleas estudiantiles paristas. Aunque en nuestras agendas pueda haber temas en común las discrepancias en la forma de abordarlas, son evidentes.
- Me he mantenido al margen de la organización y de las decisiones políticas de los movimientos estudiantiles actuales, porque ellas y ellos bajo el amparo de la Legislación Universitaria cuentan con la garantía de la libre asociación y organización en los asuntos que sean de su interés.
- Desde hace muchos años he sido objeto de ataques a mi persona, trabajo y reputación, por el solo hecho de pensar diferente. Por poner un ejemplo, se debe recordar, que con la intención de que nunca pueda contender por la rectoría, en 2017 se me sancionó por haber ejercido mi libertad de expresión y opinar: “Las decisiones no se toman aquí, se toman en Lerdo”. En el momento actual, a raíz de las circunstancias adversas que asolan a nuestra Máxima Casa de Estudios, las autoridades parecen haber optado por una alternativa al más puro estilo goebbeliano de simplificar al enemigo y concentrar en mi persona el origen de todos los problemas, que una pésima administración, carente de capacidad de diálogo y negociación ha generado, esto evidenciado en la orquestación de una campaña propagandística en mi contra a través del uso de medios locales impresos y electrónicos, que desde el anonimato, el chayoteo o la instrucción directa a personas cómplices del verdadero deterioro institucional, buscan un vínculo que repetidamente se ha señalado inexistente por parte de los mismos actores del movimiento estudiantil.
Debo destacar que, a diferencia de cualquier sanción judicial, el castigo que me impuso la Universidad no tiene fecha de caducidad, por lo que la insistencia en esta persecución denota un doble fin político: por una parte, busca desarticular la legítima organización estudiantil, y por otra, convertirme en el chivo expiatorio para justificar la más que evidente falta de sensibilidad para dar respuesta a las demandas que fueron presentadas. - Quienes me conocen saben que soy un catedrático crítico, que gusta del debate y la discusión de ideas, mismas que también expreso mediante el ejercicio de la libertad de prensa y de expresión. De igual manera en toda mi trayectoria académica nunca he optado por medidas que deriven en hechos violentos contra algún bien o integrante de la comunidad universitaria. Es por ello que convoco públicamente al rector, Alfredo Barrera Baca, y a los estudiantes que se expresaron en la marcha del día de hoy a dirimir sus diferencias mediante la vía del diálogo.
- Que cada organización ejerza sus derechos y que de la misma manera a haga frente a sus decisiones.
Atentamente
Dr. Fermín Carreño Meléndez
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