La minería de datos en el ámbito de la educación permitiría desarrollar estrategias e implementar programas que combatan problemas como la reprobación y la deserción escolar, aseguró la catedrática e investigadora del Centro Universitario Valle de México de la Universidad Autónoma del Estado de México, Maricela Quintana López.
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) detalló que, con base en la Inteligencia Artificial o aprendizaje automático, la minería de datos, área de las ciencias de la computación, permite descubrir patrones en grandes volúmenes de datos.
Se trata, abundó, de sacarle jugo a la gran cantidad de información que, por ejemplo, tienen las universidades y siempre en beneficio de las y los estudiantes. “Los datos de áreas como control escolar, becas, servicio social y titulación pueden reunirse para identificar patrones con respecto a temas como las causas de una baja académica”, dijo.
La titular de las coordinaciones de Estudios Avanzados y la Maestría en Ciencias de la Computación en este campus de la UAEMéx ubicado en el municipio de Atizapán de Zaragoza indicó que cuando ingresan a la Autónoma mexiquense, a las y los estudiantes se les realiza un estudio socioeconómico que permite identificar, por ejemplo, si tienen computadora para hacer sus trabajos.
“Durante la pandemia tenían que tomar clases a distancia y muchos no contaban con una computadora o un espacio adecuado para estudiar. Tomaban clases en su teléfono o se turnaban un aparato varios hermanos. Asumimos que cuentan con ciertas condiciones y cuando no es así, evidentemente se afecta su desempeño académico”, dijo.
Afirmó que en la educación es posible tener muchas trayectorias, que aisladas no dicen nada, pero si se toman en conjunto es posible encontrar patrones que puedan indicar por qué un alumno es o no exitoso académicamente o el motivo de una baja académica; incluso, identificar si es más frecuente una baja por motivos académicos o personales.
Las razones, puntualizó Maricela Quintana, pueden ser muchas: que la o el estudiante tenga o no computadora, que tenga o no un espacio adecuado para estudiar, un profesor e incluso, la hora en la que toma la clase.
Entonces, aseveró, es posible actuar en consecuencia y, por ejemplo, entregar un mayor número de becas o implementar espacios con computadoras y adecuados para que las y los alumnos puedan estudiar, incluso en grupo, o bien, dar asesorías, comprar un software o modificar los planes de algunas materias de estudio.