Los ideales de belleza que promueven los medios de comunicación a través, por ejemplo, de comerciales y anuncios, son poco alcanzables, afirmó la catedrática e investigadora del Centro Universitario Ecatepec de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), María del Consuelo Escoto Ponce de León.
La coordinadora de la Red Nacional de Procesos Psicosociales, Clínica y Salud e integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) indicó que muchas de las personas que se observan en el día a día en los programas de televisión, por ejemplo, promueven cosas que hacen que otros se sientan incómodos con su cuerpo, tamaño y color de piel, con algo que es genético.
Abundó que cada vez es más frecuente la participación de personas con sobrepeso en la televisión; sin embargo, es en papeles que denuestan su imagen, mientras que las presentadoras y comentaristas son mujeres delgadas y blancas, con imágenes poco comunes en la vida cotidiana.
Generalmente, dijo, “el personaje con sobrepeso es el que se encarga de la limpieza, de tareas domésticas, habla feo y dice cosas poco adecuadas. Su imagen es denostada, cuando es necesario que tenga un papel que lo dignifique como persona y ser humano”.
Advirtió que se trata de una cultura de promoción de ideales de belleza poco alcanzables, ya que, por ejemplo, “la mayoría de las mexicanas somos caderonas, con mucho busto, a diferencia de las europeas”, dijo.
En este sentido, sostuvo que, por una parte, el tamaño y forma del cuerpo de los mexicanos está determinado genéticamente, mientras que la otra parte tiene que ver con los hábitos alimentarios, con el consumo de verduras y frutas, con la falta de actividad física.
María del Consuelo Escoto Ponce de León aseguró que la participación de personas como Yalitza Aparicio, Michelle Rodríguez y Tenoch Huerta en producciones cinematográficas y publicaciones nacionales e internacionales debería impactar de forma positiva la cultura en nuestro país con respecto a los ideales de belleza.
“Tenemos que cambiar esa cultura y empezar a ser críticos sobre lo que vemos en los medios de comunicación, no creer todo lo que nos dicen; sin embargo, quizá ahora cambie nuestra percepción y estemos interesados en teñirnos la piel, en hacerla más morena, porque somos acríticos con lo que vemos”, dijo.
En este contexto, lamentó que en el currículum de secundaria y preparatoria no se considere enseñar a debatir lo que dicen los medios de comunicación, donde hay mucha información falsa, que deberíamos cuestionar e investigar, verificar si realmente es como nos dicen. “Tenemos que aprender a identificar qué tanto de lo que muestran los personajes de la televisión es cierto, válido y real, qué tanto podemos hacer para cambiar esos mensajes”, concluyó.