Por: Pastor Tapia
Hace un par de semanas hablamos sobre las medidas de seguridad y espionaje que realiza la Secretaria de Rectoría, Jannet Valero, a través de la Dirección de Seguridad Universitaria, Griselda Camacho Téllez.
Y tal parece que esa Secretaría se ha convertido en una verdadera agencia de espionaje de vigilancia (acoso) donde hasta el mismo personal de seguridad se queja de los tratos y exigencias que reciben por parte de su Directora, y vaya que es jefa, pues hasta con chofer cuenta y dicho sea de paso, en los únicos eventos que busca figurar son donde el Rector se presenta, y que ocasionalmente se pierde por ir a los mejores restaurantes.
Lo cierto es que, a pesar de las acusaciones por un supuesto desvío de recursos por parte de Jannet Valero, el Rector Barrera Baca sigue manteniéndola en un cargo que sin duda como cualquier otro, requiere de una buena imagen, reputación intachable y conductas apropiadas. Sin embargo es algo de lo que adolece el Rector y la mayoría de sus colaboradores.
Sabemos que los Directores cuando llegan a su oficina reciben malos tratos y que el personal de seguridad con rondines itinerantes que tienen en sus espacios reportan que lleguen a tiempo a sus oficinas, ver con quienes se reúnen y a qué hora salen.
Nos acercamos a la recta final del año, y sin duda muchas cosas están por venir, debemos saber el desenlace del nombramiento de Contralor Universitario, reiterar a Barrera Baca que su reforma no avanza, saber si pagarán en tiempo los aguinaldos, conocer el presupuesto 2020.
Para rematar, el equipo de Fútbol Potros FC, va por la calle de la amargura, en un callejón oscuro y con una directiva sin pies ni cabeza desde la llegada de Barrera Baca. Algo similar a cómo dirige a la UAEM.
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