Escrito de opinión que llegó a nuestro buzón.
La reciente declaración, vía twiter, del profesor de tiempo completo, Javier González, así como Secretario Técnico, ex Secretario de Finanzas y ex Secretario de Administración en el rectorado de Barrera Baca, y también en el de Jorge Olvera García, ha compartido públicamente a la comunidad sus interrogantes y el miedo de la vigilancia aérea, pues según su dicho, ha detectado la existencia de drones que sobrevuelan su casa, su intimidad, su privado, su íntimo y, por lo tanto, al parecer está siendo observado.
El mismo evento podría pensarse como una falsa alarma, que son, simplemente, niños jugando o vecinos que están ingresando en esta tecnología y no necesariamente delincuentes que lo persigan, ¿qué intereses tendrían para hacerlo?
¿Por qué, los miedos lo agobian, los delirios de persecución le retiran el sueño o siente pasos en la azotea? quizás por la cuenta pendiente hacia la sociedad sobre sus ingresos, adquisiciones, su residencia, sus vehículos, los aromas fétidos sobre sus finanzas personales. Siendo así, los drones son para él terror en el aire, le indican la vigilancia, la incertidumbre de si lo harán visible y cuándo.
Otros que aun sin drones se sienten más que vigilados son quienes de igual manera que Olvera se fueron comisionados a la CODHEM para trabajar de tiempo completo, pero que son académicos de tiempo completo en la UAEM, esto según los documentos oficiales que publicaste en No Oficial: Prensa Universitaria UAEM, acerca del personal de la Universidad, que poseen dobles trabajos y posiblemente, dobles sueldos.
Este detonante, hace a la sociedad preguntarse ¿dónde están los otros involucrados en la reciente declaración de dobleteos salariales? Personas que trabajan con dos tiempos completos, con el cobro de ambos sueldos.
Olvera ahora se victimiza y pone por delante la presunta violación a su derecho humano al trabajo. Del mismo mal se dolerán los amigos y vecinos que debido a la precariedad laboral, se vieron obligados a cargar dobles jornadas (en los mismos horarios en ambos trabajos) que los dejan exhaustos. Afortunadamente para ellos parece que sus comisiones incluían fuero para que ningún Órgano de Control los fiscalizara y pusiera en peligro su comisión, que aun siendo sin goce de sueldo la generosa mano de Alfredo Barrera Baca decidió que no se les suspendieran sus sueldos de PTC.
Como es conocido por muchos, casi todos ellos viven en el mismo fraccionamiento, en una gran fraternidad, en su corte de los milagros.
La propiedad en donde todos estos involucrados de dobleteo laboral, se caracteriza por la vigilancia terrestre, policías, muros altos que denotan que mientras más alto es la pared, más grande es el miedo. Habría que valorar si las similitudes de muchos de los que allí habitan pueden llevarlos a ser considerados una versión contemporánea de la cueva de “Ali Baba”.
Próximos y distantes en la jerarquía, para hacerlos vecinos de la corte de su majestad Olvera. Solo así es posible que uno de ellos se desempeñara como Secretario de Rectoría, después como Abogado General; el otro como Director de Comunicación y el tercero, responsable por Protección Civil, agregando uno de los sobrinos de Javier González y, el propio hijo de Jorge Olvera, Omar Olvera, destacadamente recordado por sus definitividades en Zumpango y en la facultad de Derecho. Parece que ahora sí, al joven príncipe, le regalaron su candidatura para que sea diputado plurinominal.
Alguien debe conocer las historias de Olvera y su club de vecinos, y debería contarla para que se pudiera responder ¿Cómo consiguieron comprar esas casas con sus sueldos de profesores? ¿Cómo salieron de colonias populares como la Mora, la colonia Morelos, vecindades en colonia Américas, fraccionamiento La Rivera Frijol en Zinacantepec y barrios democráticos como INFONAVIT, etc.?
Ya va siendo tiempo de que sepamos si la bonanza exprés de este tipo de trabajadores universitarios se debe al espíritu de superación o a manejos financieros indebidos.